La Ventanita, contando nuestras historias – week 6

Clase semana 6
Comenzamos la clase con un video que nos profundiza un poco más sobre la escritura de los personajes y cómo construirlos.

El ritmo en la escritura.

El ritmo fónico: La musicalidad de las palabras, algo que los colombianos saben hacer muy bien y que otros países en su uso encuentra más difíciles es por ejemplo lo que nos seduce y mantiene la armonía del relato en algunas historias.

Video: El equilibrio y el ritmo en la escritura:

Uno de los aspectos a veces más olvidados en el arte de narrar y que sin embargo es imprescindible, es el ritmo. Con el ritmo es que el texto avanza y con el que los acontecimientos que suceden fluyen suave o violentamente según queramos. El ritmo es la sensación de rapidez o lentitud con la que el relato hace llegar la historia al lector.

Es algo que es sencillo de percibir: leyendo un relato o una novela, todo el mundo puede darse cuenta de que ese texto va a un ritmo rápido o lento. Pero, ¿cómo se consigue ese tempo de la historia? ¿Qué elementos influyen para que un texto se nos haga lento o rápido?

Es importante conocerlos para aprender a utilizarlos y saber cómo hacer si queremos dar más rapidez -o menos- a nuestras historias. Vamos a verlo aquí:

LOS TRES ELEMENTOS DEL RITMO NARRATIVO

El ritmo se vertebra sobre tres elementos: la escena, la descripción y el resumen. Las tres tienen que ver con la sensación del tiempo que damos a la historia.

La escena es contar lo que ocurre a tiempo real, como si lo estuviéramos presenciando delante de nosotros, como una película. Es donde ocurre la mayoría de la acción y los diálogos.

La descripción es la detención del tiempo para mostrar, al detalle, lo que describimos. Es como dar a “pause” durante la película, o como esos planos lentos en los que la cámara se recrea en la fachada de una mansión, o en el camino que se interna en el bosque, para que nos fijemos en cada pequeño detalle.

El resumen, por el contrario, acelera el tiempo narrado. Se trata de contar muchas cosas en un corto espacio de tiempo.

LA ESCENA
Es una parte de la narración que ocurre en un solo tiempo, un solo lugar, una sola acción. La escena coloca al narrador en medio de la acción dramática, asistiendo a ellos como un espectador.

Como el lector lo VIVE segundo a segundo, la escena es la parte narrativa que tiene más emoción y por eso es importante que las usemos para los momentos claves de nuestra historia.

EL RESUMEN
Es la narración a vuela pluma de los hechos y circunstancias que no son fundamentales en el relato, pero deben conocerse para entender la situación de la historia.

Muchas veces es el pasado del personaje lo que se narra, su ambiente familiar, la situación histórica en la que está viviendo… Condensa también en una sola frase un periodo de tiempo en el que nada o poco ocurre (“Pasaron tres años…”), o en el que todo lo que ocurre es parecido, y narrarlo sería repetitivo (“su vida continuó como siempre: reuniones, citas con ella en las que ninguno se atrevía a decir lo que sentía”)
LA DESCRIPCIÓN
Es el retrato de personajes y cosas (paisaje, ambiente, lugar…) que aparecen en la historia. Es un momento muerto, un kit-kat en la acción en el que nada relevante ocurre. Nos sirve para dar detalles, para ambientar… o para ralentizar el ritmo de la historia, si es lo que necesitamos.

Las descripciones nos sirven mucho para ambientar, documentar y crear sensaciones en la novela o relato, así como para conocer mejor a los personajes o lugares, y dar detalles que luego pueden ser relevantes. Pueden ser más breves o más largas. Lo único que hay que tener en cuenta es que este “tiempo muerto” narrativo ralentiza el ritmo.

EL TRUCO FINAL: LA LONGITUD DE LAS FRASES
Fuera ya de estos tres elementos narrativos, que se complementan entre sí, nos encontramos con otra técnica que conviene dominar para dar esa sensación de ritmo lento o rápido en la historia: la extensión de las frases.

La misma escena, descrita con frases largas, nos dará una sensación de que todo transcurre lentamente; mientras que si la narramos con frases más cortas (y diálogos cortos) la persona que lee se llevará la impresión opuesta.

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